Spray armonizador de uso externo indispensable en esas ocasiones que nos generan cansancio, tristeza, irritabilidad... Supongo que lo ideal sería no sentirnos nunca así, pero creo que es inevitable: "Cést la vie".
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Spray armonizador indispensable en esas ocasiones que nos generan cansancio, tristeza, irritabilidad... Supongo que lo ideal sería no sentirnos nunca así, pero creo que es inevitable: "Cést la vie".
El Spray Aureo tiene un agradable aroma a lavanda inglesa, y ya de entrada resulta muy relajante. Además está el "Poder de las Flores" que nos ayudan a restaurar campos electromagnéticos (si, los seres humanos los tenemos también) que a veces se desestructuran: por heridas, cicatrices, contusiones.... o por estar en ambientes con demasiados iones positivos, o con muchos aparatos eléctricos, o demasiada gente... ¿Te suena de algo?
También es muy útil cuando tienes que afrontar situaciones que te producen inquietud o cuando el ambiente está "cargado" de tristeza o enfado, se me ocurre una visita al hospital, o cuando temes el conflicto con otras personas por ejemplo.
El envase en formato de spray contiene 100ml de modo que dura bastante. No podemos decite cuanto porque dependerá de cuanto te guste y lo uses ;)
Si lo utilizas para "recomponerte", lo ideal es pulveriarlo a la altura del pecho, sobre la cabeza, los hombros y en la espalda. De esta manera te envuelves en una perfumada nube muy agradable.
Tambien puedes utilizarlo en el dormitorio o en la almohada para generar un ambiente relajante que propicie el descanso.
En fín, lo puedes utilizar en cualquier sitio donde lo consideres necesario, y podrás disfrutar de su relajante aroma a lavanda.
Aqua, Alcohol denat, Parfum, Limonene, Coumarin, Achilea millefolium, Calotropis procera, Nelumbo nucifera-albus, Browneamacrophyla, Ruda graveolens, Sprekelia formosissima, Cotronellol
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Spray armonizador de uso externo indispensable en esas ocasiones que nos generan cansancio, tristeza, irritabilidad... Supongo que lo ideal sería no sentirnos nunca así, pero creo que es inevitable: "Cést la vie".